Después de casi dos años, cuesta retomar la actividad en un blog personal. Pues aquí estamos pese a todo, intentando revivirlo gracias a mi reciente incursión en un juego de miniaturas llamado Guild Ball. Supe de él a través de su crowdfunding, necesario según sus creadores para lanzarlo al mercado. Pero lo dejé escapar por motivos económicos, demasiados proyectos ya estaban esperando en la cola de envío y, por aquel entonces, todavía no tenía ingresos fijos. Desde el pasado mes llevo jugadas un par de partidas introductorias y, a parte de recomendaroslo, os cuento mis planes con él después del salto.
Guild Ball es un juego deportivo de miniaturas ambientado en época medieval, de fútbol concretamente. Durante las partidas, se enfrentan dos equipos con el objetivo de conseguir doce puntos, los cuales se consiguen metiendo gol en la portería rival (cuatro puntos) o causando bajas en la alineación rival (dos puntos por jugador y un punto por mascota), ya que estos encuentros están siempre protagonizados por las tortas. No solo vale cualquier cosa para introducir el balón en la portería rival, sino que el juego premia pegar tanto a los jugadores rivales como a la mascota representativa de cada equipo, que recorre el campo ofreciendo apoyo a sus compañeros.
Los diferentes equipos disponibles, llamados gremios, son: alquimistas, cerveceros, carniceros, ingenieros, pescadores, cazadores, canteros, funerarios, herreros, granjeros y unos mercenarios que, además de formar su propio equipo llamado La unión, pueden jugar con los demás. Cada uno está enfocado en una forma de juego, si a meter goles (pescadores) o a herir al rival (carniceros); y otros en hacer un poquito de todo, como los canteros, equipo al que represento. En un impulso me he comprado a todos sus integrantes (diez jugadores y dos mascotas) a falta de una portería que tendré que hacer, pues la empresa oficial detrás de este juego, Steamforged, no tiene ninguna a la venta, las deja a elección de cada jugador.
Guildball no está traducido al castellano. Este impedimento, cuando pasa, es fácilmente superado por la comunidad al organizarse para traducir los manuales de juegos que no llegan en nuestro idioma, para después compartirlos en internet sin ningún ánimo de lucro. Así ha sido en este caso, contando además con un blog que nos trae también las últimas noticias sobre este juego y las novedades sobre los torneos y ligas desarrolladas en Madrid. Su nombre es Dímelo en el campo, de obligada visita para los jugadores hispanos.
Para haceros una idea de las partidas de Guild Ball, comparto por aquí el vídeo de una partida jugada por Neo (autor del blog Dímelo en el campo) y por Luis (y así paso a recomendar también su canal de youtube centrado en este y otros juegos): ver partida.
Con todo ello, y para aprender a jugar en condiciones, me he marcado los dos siguiente retos para este año:
–Jugar 50 partidas a Guild Ball. Creo que, si las voy espaciendo a lo largo de los doce meses, no son demasiadas. Espero, al menos durante los primeros meses, animarme para jugar una partida semanal. Así, podría ir participando en los torneos mensuales, de carácter amistoso, que se desarrollan en la capital y en los que, seguro, aprendo muchísimo mediante aleccionadoras derrotas.
–Pintar el equipo entero, las doce miniaturas. En el grupo de mensajería instantánea de la comunidad madrileña hay un reto de pintura que termina en mayo, mes en el que se celebrará el torneo nacional, primero que se hace y en el que para participar es obligatorio presentar al equipo pintado. No lo jugaré, pero es una buena oportunidad para animarse con más gente en los progresos semanales de pintura.
Tanto los partidos como los avances de pintura los iré compartiendo por aquí, con fotos, siempre que me sea posible. ¡Este 2018 tiene que ser, para el blog, el año Guild Ball!